Como ya viene siendo habitual en las visitas de nuestro querido Maestro a Donosti, la naturaleza desató su furia para recibirle con todo el esplendor de los temporales del Cantábrico que no reparó en gastos a la hora de regalar vendavales, chaparrones e imprevisibles cambios de temperatura. Recibimos a Rinpoche a la puerta del hotel y desde ese mismo instante nos envolvió su energía amorosa y compasiva. A partir de ese momento la alegría llenó nuestros corazones y trabajamos con más ahínco para que todo saliera bien. ¡Con qué cariño y cuidado colocamos las flores en su habitación! ¡Con cuanta atención y mimo se adornó la gompa para que se sintiera cómodo! ¡Qué esmero se puso en organizar el programa de actividades! Se veía bien claro cómo el Maestro nos estaba inspirando.
Las enseñanzas de éste otoño nos han tocado especialmente el corazón. Creo que somos muchos los que hemos salido enriquecidos por las meditaciones guiadas, sobre todo la dedicada a la madre. Muchos de nosotros lloramos emocionados al descubrir los tesoros que esconden nuestros corazones y que solo un maestro es capaz de rescatar para después regalárnoslos. La poderosa presencia de Rinpoche nos ha servido, por lo menos a algunos, para establecer un antes y un después en nuestras vidas.
Encuentro que emocionó por su cercanía y calidez. También se organizó una charla en el Aquarium donostiarra dentro de las jornadas dedicadas a hablar sobre su proyecto del agua para las comunidades tibetanas e indias en Orissa.
La novedad de los actos de esta visita ha sido la tarde que se dedicó a los niños.
Gracias al empeño y el trabajo entusiasta de Luisa y el apoyo de otros miembros de la Sangha se organizaron juegos en los que participaron los pequeños y los grandes incluido Rinpoche que jugó y meditó con ellos.
Maite
Rinpoche nos ha visitado de nuevo, nosotros sus alumnos hemos acudido a recibir sus enseñanzas y consejos una vez más. Nos hemos encontrado arropados en estos tiempos difíciles, durante unos días disfrutamos de su presencia, y además ha dejado en nuestros corazones perlas de sus enseñanzas. Nos ha comunicado su decisión de hacer durante un tiempo (un año) un retiro.
Hemos atendido sus consejos. Entre ellos, ¡buscad vuestro maestro interior!
suena como un eco en mi cabeza y en mi corazón, y es como si nos autorizara a ser mayores de edad ¡ya!, es como si nos diera el permiso para navegar, la autorización para salir solos por la noche, la invitación a volar en parapente, a experimentar solos en nuestro interior lo que ya hemos hecho tantas veces en el exterior cuando nos encontramos cara a cara con él: vernos por dentro.
…para ser nuestro maestro hay que dominar lo que tenemos en el interior. Nada más y nada menos que esto, dijo. Y ahora, a trabajar. Convertirnos en maestros de la mente, del cuerpo, de mi vida, de mi mundo… A trabajar a través de técnicas como la meditación, la contemplación, para que la mente se gire hacia el interior.
.. como una estrella que parpadea,
… como la vela en el viento,
…. como un relámpago en el cielo,
….. como el sueño de la noche anterior, así son las circunstancias exteriores.
Nada es permanente. Contemplar esto es el primer paso. Tenemos un año para recorrer este camino.